Niños con cáncer en México ven peligrar su vida tras el grave
problema de escasez de medicinas en algunas regiones que, sumadas a una falta
de política clara en salud, ha agudizado la situación y llevado a los
familiares a ampararse para poder tener tratamientos completos para sus hijos.

En el marco del Día Internacional del Cáncer Infantil este
15 de febrero, Omar Hernández, padre de un pequeño con cáncer y quien desde
2018 ha protestado por la falta de medicamentos oncológicos en el Hospital
Infantil de México, externa su preocupación por la falta de certeza sobre el
abasto de medicamentos.

“Ya llevamos mucho tiempo con esto. El último mes nos
resurtieron de vincristina -un medicamento útil para la quimioterapia- pero no
sabemos si cuando se llegue a terminar tendremos otro viacrucis para poder
conseguirlo”, dice este sábado a Efe el hombre, quien denuncia que desde
septiembre de 2018 hay escasez, durante la etapa en que Andrés Manuel López
Obrador era presidente electo de México.

Los medicamentos son indispensables en cualquier enfermedad,
pero en el caso del cáncer, no contar con ellos resulta un caso de vida o
muerte.

Así lo explica la doctora Yadira Melchor, especialista en
oncología pediátrica. “En los casos de cáncer, es muy importante tratar de
llevar los protocolos asignados, porque al tener una pausa disminuimos la
posibilidad de supervivencia”, indica.

La especialista detalla que cuando el cáncer infantil se detecta
de manera oportuna y se da el tratamiento completo, la supervivencia de los
pequeños suele ser de 80 %. Pero si el tratamiento se interrumpe, por lo menos
un día, la supervivencia se reduce a la mitad.

El problema se agrava

Aunque el desabastecimiento no es un tema nuevo, se ha
vuelto más constante en los últimos meses, debido en gran parte a la política
gubernamental de Andrés Manuel López Obrador de recortar el presupuesto a salud
y de la desaparición del Seguro Popular, el cual ha sido reemplazado por el
Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).

Omar es padre de Álex, quien fue diagnosticado con cáncer en
2016 y para quien se requería un tratamiento por tres años. Sin embargo, dos
años después del diagnóstico comenzaron a faltar medicamentos, por lo que Omar
comenzó una lucha para conseguir los fármacos, la cual perdura hasta ahora.

Admite que, aunque cuando empezó con sus protestas era otro
Gobierno -el de Enrique Peña Nieto (2012-2018)- y otros papás los que estaban
en la lucha, el cambio en la Presidencia no ha hecho que se visualice la
gravedad de esta escasez.

Incluso, asegura, hoy teme por su vida, ya que ha sufrido
amenazas de muerte por su activismo. Pero ya no teme a nada: “¿Qué más miedo
podemos tener que cuando te dicen que tu hijo tiene cáncer?”, afirma.

Emmanuel García vive en la norteña Tijuana, fronteriza con
Estados Unidos, y también tiene un hijo con cáncer. Asegura a Efe que desde
diciembre empezaron a faltar medicamentos en los hospitales del estado de Baja
California y, si bien se han dotado algunos medicamentos, estos han sido
insuficientes para la demanda que se requiere.

“La Secretaría de Salud nos responde con 18 dosis cuando se
necesitan 90. Por lo que alrededor de 80 pacientes están con desabasto”,
indica.

Con molestia y desesperación, admite que el hartazgo ya es
mucho pues sienten que las respuestas que han recibido del Gobierno “son una
burla” y asegura que, en caso de no tener abasto de fármacos a más tardar este
sábado, el domingo bloquearán la garita fronteriza.

Choque con el Gobierno Federal

Pero la mayor molestia para los padres de familia llega
cuando el Gobierno los desacredita. “Nos han dicho pagados, quieren que
mostremos a nuestros niños como prueba, pero no los vamos a exponer”, asegura.

El año pasado, López Obrador se empeñó en acusar a los
Gobiernos anteriores por el desabastecimiento, para luego culpar al suministro
mundial y después achacó el problema a una supuesta corrupción de las
farmacéuticas que acaparaban el mercado.

De acuerdo con sus datos, entre 2012 y 2018, diez empresas
sumaron casi 80 % de la venta de fármacos del sector.

Para Juan Martín Pérez, director de la Red por los Derechos
de la Infancia (Redim), la reciente Administración ha tenido el mismo patrón
que las anteriores.

“Es como si vivieran en un mundo paralelo. No están tomando
decisiones basadas en evidencia y datos”, asegura.

Explica que el derecho a la salud de las personas está
marcado en las leyes pero que este “no se ha cumplido y se ha violentado, pues
independientemente de los ajustes presupuestarios estos no pueden violentar a
los niños, niñas y adolescentes porque esto afecta su desarrollo y su futuro”,
manifiesta.

Vía judicial

Los padres han tenido que llegar a medidas más extremas y
han tenido que ampararse para que les garanticen el abasto de fármacos. Hoy
cuentan con 105 amparos contra el Insabi.

Esperanza Paz es mamá de un niño con cáncer a quien atienden
en el Hospital Infantil de México y fue una de las beneficiadas por los
amparos.

La madre de familia cuenta que le han reprogramado la
quimioterapia de su hijo, que originalmente era para este viernes, pero se
siente tranquila porque “debido al amparo ya no nos pueden negar las
medicinas”, admite.

Sin embargo, lamenta que no haya una certeza sobre cómo será
el abasto de medicamentos en el futuro y que el diálogo con las autoridades
siga siendo escaso. “Aún no quedamos en nada, no hay nada concreto”, afirma.

Omar asegura que la próxima semana tendrán una tercera
reunión con el Gobierno federal. Sin embargo, considera que esta será
prácticamente “más de lo mismo” pues pese a dichos encuentros se sigue
presentando desabastecimiento en estados como Oaxaca, Veracruz, Guerrero,
Ixtapaluca y Baja California.

“Nos están engañando, nos están mintiendo”. Por ello,
aseguró que probablemente el siguiente paso será que todos los papás de estos
niños se amparen.

En ese sentido, Juan Martín Pérez afirma que el escenario no
es bueno porque el país está “retrocediendo en políticas de Estado que se han construido
en 30 años” y critica un modelo de Gobierno “paternalista y asistencialista”,
que además coloca en un tema de “caridad pública” asuntos de tanta prioridad
como la salud.