La presidenta explicó el contenido de las cartas de renuncia presentadas por los ministros de la Corte y subrayó que nadie tiene la facultad de modificar la Constitución mexicana.

Desde el Salón Guillermo Prieto en Palacio Nacional, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reaccionó a las recientes renuncias de dos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), presentadas tras la declaratoria de constitucionalidad de la reforma impulsada por la administración anterior y respaldada por la actual. Sheinbaum subrayó que la Constitución no otorga a la Corte la facultad de reformarla.

Durante la conferencia de prensa matutina, conocida como la “Mañanera del Pueblo”, Sheinbaum, militante de Morena, explicó que los ministros que presentaron sus renuncias al Senado mencionaron en sus cartas que, aunque apoyaban la elección popular de ministros, no incluían a magistrados y jueces en esta propuesta.

El pasado martes 29 de octubre, la presidenta Claudia Sheinbaum explicó desde Palacio Nacional que la intención de los ministros de presentar su renuncia, aunque esta tenga efecto hasta agosto de 2025, podría estar motivada por asegurar sus pensiones, las cuales representan sumas millonarias.

Por otro lado, el ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá presentó un proyecto que propone invalidar ciertos aspectos de la Reforma al Poder Judicial, el cual será votado el próximo jueves en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Sheinbaum reiteró que la Corte no tiene la facultad para revertir una reforma constitucional.

Durante su conferencia, la presidenta citó el artículo de la Constitución que establece que únicamente los legisladores pueden aprobar modificaciones a la Carta Magna. Refiriéndose al artículo 135 de la Constitución, señaló: “A ver si estos 8 ministros y ministras están dispuestos a violar el artículo 135 de la Constitución”.

El artículo al que alude establece: “La presente Constitución puede ser adicionada o reformada. Para que las adiciones o reformas lleguen a ser parte de la misma, se requiere que el Congreso de la Unión, por el voto de las dos terceras partes de los individuos presentes, acuerde las reformas o adiciones, y que éstas sean aprobadas por la mayoría de las legislaturas de los Estados y de la Ciudad de México”.