La diputada María del Refugio Alvarado Romo (MC) impulsa reformas a la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, con el fin de definir la cultura de la paz como el conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida basados en el respeto, el fin de la violencia, la promoción y la práctica de la no violencia por medio de la educación, el diálogo y la cooperación.

En su iniciativa, turnada a la Comisión de Igualdad de Género, indica que la política nacional en esta materia debe adoptar medidas para erradicar la violencia contra las mujeres en las que se incluyan las necesarias para promover dicha cultura, la no violencia en cualquiera de sus manifestaciones y generar una convivencia basada en el respeto a la dignidad de las mujeres.

Agrega que las autoridades correspondientes promoverán la convivencia basada en el respeto a la dignidad de las mujeres, y garantizarán la formación en la cultura de la paz, el respeto, la tolerancia, los valores democráticos que favorezcan el diálogo constructivo y la convivencia en un marco de respeto a los derechos y dignidad de las mujeres.

Refiere que la Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de la Paz, emitida por la Asamblea General de las Naciones Unidas, reconoce la necesidad de eliminar todas las formas de discriminación e intolerancia, incluidas las basadas en la raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política, origen nacional, étnico o social, propiedad, discapacidades, nacimiento u otra condición.

Considera que, para lograr los objetivos previstos en la citada Ley General, se deben establecer medidas que sirvan como herramienta para el respeto y fomento de la igualdad de derechos y oportunidades de hombres y mujeres.

Puntualiza que todas las personas, como integrantes de la sociedad, deben asumir un compromiso con la construcción de la paz. Agrega que la desigualdad y la violencia no pueden atenderse solamente con leyes; si se quiere contener la diversidad de problemas sociales que enfrenta el país, es necesario atenderlos desde la visión preventiva, privilegiando a la persona como objetivo para el logro del bien común.