A lo largo de la década de 1970, el radiotelescopio Big Ear en Ohio buscó señales de civilizaciones extraterrestres. Y el 15 de agosto de 1977, el astrónomo de Ohio State Jerry Ehman encontró una señal fuerte e intermitente que duraba 72 segundos, que se destacaba del ruido de fondo como un reflector.
El equipo descartó rápidamente un origen terrestre o una transmisión desde un satélite. Sin embargo, la señal era tan poderosa e inusual que Ehman anotó la señal con la palabra Wow! (guau en inglés), junto a los datos impresos de la misma.
El director del observatorio, John Kraus, dijo entonces que “la señal Wow! es muy sugerente de un origen inteligente extraterrestre, pero poco más se puede decir hasta que regrese para un estudio adicional”, escribió en un carta al astrónomo Carl Sagan.
El equipo de Big Ear continuó observando la misma parte del cielo, pero la señal !Wow! la señal nunca regresó. Tampoco se ha observado nada parecido en ninguna otra parte del cielo. Kraus y otros incluso han buscado estrellas que podrían ser la fuente de la señal:
“Revisamos los catálogos de estrellas para ver si había estrellas similares al Sol en el área y no encontramos ninguna”, escribió Kraus. Hasta el día de hoy, la señal permanece sin explicación y sin repetición.
En un nuevo esfuerzo, el astrónomo amateur Alberto Caballero buscó estrellas parecidas al Sol entre las miles que han sido identificadas por Gaia en la región del cielo de la que procedió la señal, con la hipótesis de que un exoplaneta en órbita de alguna de ellas pudiera albergar una civilización avanzada capaz de transmitir señales. Por similar al Sol, se refiere a estrellas que comparten la misma temperatura, radio y luminosidad.
La búsqueda arrojó solo un candidato:
“La única estrella potencial similar al Sol en toda la región de la que procedía la señal Wow! parece ser 2MASS 19281982-2640123”, dice Caballero en un artículo publicado en el repositorio arXiv. Esta estrella se encuentra en la constelación de Sagitario a una distancia de mil 800 años luz. Es un gemelo idéntico a nuestro Sol, con la misma temperatura, radio y luminosidad.
Por supuesto, el trabajo de Caballero no significa que 2MASS 19281982-2640123 deba haber sido la fuente. Señala que hay muchas estrellas en esa región del cielo que son demasiado tenues para ser incluidas en el catálogo. Uno de ellas podría ser la fuente, informa astronomy.com.
Y hay otras 66 estrellas en el catálogo extraído de los archivos de Gaia que Caballero identificó como posibles candidatos, pero con pruebas menos contundentes. Estos coinciden con la temperatura del Sol, pero los datos sobre su luminosidad y radio están actualmente incompletos. Por lo tanto, las futuras publicaciones de datos de Gaia y otros proyectos de mapeo podrían revelarlos como coincidencias.
Pero por el momento, 2MASS 19281982-2640123 es nuestra mejor apuesta y un buen candidato para estudios futuros. Caballero dice que un objetivo obvio sería buscar señales de exoplanetas orbitando esta estrella. También podría priorizarse para su estudio en la parte radioeléctrica del espectro.