A 11 años de su aparición, WhatsApp es utilizada en México
por 77 millones de usuarios, es una de las aplicaciones de mayor uso.

Desde las nuevas generaciones hasta adultos mayores se
comunican por este medio, afirmó Cristina Múzquiz Fragoso, directora de
Docencia en Tecnologías de Información y Comunicación, de la Dirección General
de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC) de la UNAM.

Precisó que de acuerdo con un estudio realizado por la UNAM,
los mexicanos usan esta app para comunicarse con amigos (91.3 por ciento), con
familiares (81.7), y cada vez más por cuestiones laborales (apenas tres por
ciento).

Actualmente, dos mil millones de personas en el mundo
utilizan esta aplicación, principalmente en India, Brasil, Estados Unidos,
Indonesia y México.

Creada en 2009 por el ucraniano Jan Koum y su socio Brian
Acton, el objetivo era contar con una “agenda inteligente” para saber si otra persona
estaba disponible para hablar o si era posible hacerlo, de ahí su nombre:
WhatsApp (what’s up, ¿qué pasa?, y app, aplicación).

Una aplicación confiable

Múzquiz Fragoso resaltó que en un mundo donde las noticias
falsas están a la orden del día, una preocupación de los usuarios de redes
sociales es la credibilidad, congruencia y autenticidad, y “WhatsApp entra en
esa categoría, porque con quienes hablamos son amigos y familiares, y les
creemos. Otras aplicaciones deben enfrentar el reto de ser más creíbles y
eliminar las fake news a través de inteligencia artificial”.

Hace una década los usuarios buscaban noticias o contenidos
diferentes, y los empresarios del área se enfocaron en esa línea; se percataron
de la preferencia por los chats, porque la gente busca estar en contacto con
otras personas.

Así, WhatsApp trabaja en hacer sentir especial al usuario, y
una de las maneras de lograrlo es personalizar esta red social: permite
compartir íconos que reflejen el estado de ánimo, o se puede configurar la
pantalla haciendo pensar al usuario que es suya.

No obstante, finalizó Múzquiz Fragoso, se debe seguir
trabajando en proteger la privacidad de la información, pues a veces se
comparten datos o imágenes íntimas que puede hacerse públicas. “Deben generarse
nuevas leyes y regulaciones que protejan las comunicaciones”.