Pese a su total dominio en una edición más del Clásico de
España, Real Madrid no pudo romper el cero en el marcador ante Barcelona y
deberá esperar otra oportunidad para arrebatar el liderato de liga a su máximo
rival.
Ambos clubes llegaron a 36 unidades, aunque los dirigidos
por Ernesto Valverde siguen con el primer puesto de la clasificación por mejor
diferencia de goles, con 23 a favor, que superan los 21 de su rival.
El conjunto merengue, sorpresivamente, se adueñó del
compromiso en sus primeros 30 minutos, en los que el Barça fue incapaz de tirar
a portería gracias a la presión ejercida por las líneas adelantadas en el
planteamiento del técnico Zinedine Zidane, pero como le ocurrió en Mestalla
ante Valencia, fue incapaz de reflejar la superioridad con el gol.
Gerard Piqué y Sergio Ramos fueron los grandes protagonistas
de la primera mitad, pues ya con sus guardametas vencidos, cada uno realizó un
increíble rechazo de balón sobre la línea de sus porterías para evitar que se
abriera del marcador.
Para el complemento, Barcelona mostró tenues respuestas ante
la intensidad y desgaste de su máximo rival, aunque no fueron suficientes para
revolucionar el trámite del encuentro, que era dominado, constantemente, por
los “merengues”.
En el minuto 72, Gareth Bale logró adelantar a los suyos
tras definir una asistencia del francés Ferland Mendy, pero la acción fue
invalidada por un previo fuera de lugar del lateral zurdo, determinación que
fue revisada y confirmada por el VAR.
Los dos equipos buscaron un tanto que fuese letal en los
minutos finales del juego, aunque carecieron de claridad en sus aproximaciones
y los que se dieron cita en el Camp Nou vieron borradas sus intenciones de
gritar un gol.
El conjunto de casa se retiró entre abucheos emitidos por su
propia afición debido a la inoperancia mostrada en su elaboración de juego que,
normalmente, arroja prolíficos resultados, pero que esta ocasión no cumplió con
lo esperado.